Por Silvina Dalton, Co-Founder de DelPlata Green.
El concepto de desarrollo sostenible enunciado por la Comisión Brundtland de Naciones Unidas en 1987 debe ser entendido en el contexto de la época y debe valorarse su objetivo de generar conciencia de la finitud de los recursos y de la necesidad del crecimiento responsable de las Naciones y la incorporación de una línea temporal Ecosistémica para contrarrestar los comportamientos EGO-sistémicos que se habían observado en esa década.
Personalmente creo que de todas las definiciones que he leído y vivido en función de mi contacto con numerosas organizaciones que han abrazado el modelo de negocios de impacto (IBM), la que hoy resuena con mi filosofía de vida es la de la Organización Amartya (creada en 2005 e inspirada en Amartya Sen, premio Noble de Economía) : “La sustentabilidad para una sociedad significa la existencia de condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas que permitan su funcionamiento de forma armónica a lo largo del tiempo y del espacio. En el tiempo, la armonía debe darse entre las generaciones actuales y las venideras; en el espacio, la armonía debe generarse entre los diferentes sectores sociales, entre mujeres y hombres y entre la población con su ambiente”.
Valoro de esta definición dos conceptos :
a) El concepto de armonía o BALANCE de los elementos económicos, ecológicos, sociales y políticos cuya existencia es algo necesario, lo que para mí es un punto clave para el desarrollo sostenible.
b) la inclusión de los dos ejes: el temporal, tal como se incorpora en el informe Brundtland; y el espacial, en donde se define al ecosistema completo en donde la armonía debe generarse.
En mi opinión esta definición es la que resume todas las condiciones necesarias para que el desarrollo de una comunidad sea considerado sostenible pues define los actores del ecosistema, les coloca un marco temporal asociado a lo sostenible en su definición clásica; y suma como pilar necesario a las “condiciones políticas”, elemento que no suele mencionarse en otras definiciones de desarrollo sostenible que he leído.
Esta definición está en línea con la de los autores que consideran que la sostenibilidad debe plantearse desde un punto de vista holístico y que debe tomar en consideración todos los problemas interconectados a los que la humanidad debe hacer frente.
Creo que las nuevas generaciones han crecido conscientes de la necesidad del cuidado del planeta, y de la importancia de la inclusión de todos en cada ecosistema; y son criticas frente a políticas que pueden generar impactos negativos en la sociedad, así como también condenan las externalidades de algunas empresas que no resultan comprometidas con la acción por el clima o con la diversidad e inclusión.
Las nuevas generaciones han abrazado un concepto que Samuel Bowles (Universidad de Massachussets) explica en su paper de 1970, el concepto de HOMO RECIPROCANS vs el de HOMO ECONOMICUS, es decir aquel que está dispuesto a ceder su interés personal en beneficio del interés colectivo, un concepto clave dentro de la Economía del Bien Común.
Ese pensamiento Sistémico del desarrollo sostenible define hoy el comportamiento de muchos jóvenes emprendedores. Es por ello que cada día surgen más y más iniciativas enfocadas en generar impacto ya sea un triple impacto, sumando el impacto social y ambiental al económico o ya sea un impacto ambiental o un impacto social.
A modo de ejemplo comparto el caso de Guayaki, especializada en comercializar productos de Yerba Mate en Estados Unidos y Canadá, que nace en 1996 de la mano del argentino Alex Pryor, con el propósito de “regenerar la selva y crear puestos de trabajo dignos para comunidades autóctonas”, es decir, un modelo comprometido con el triple impacto.
La idea surge a partir de observar la deforestación que sufría la Mata Atlántica (situada entre Argentina, Paraguay y Brasil) lo que había provocado el desplazamiento de las comunidades autóctonas productoras de yerba mate. A partir de allí, el corazón del modelo de negocios de Guayaki pasa a ser la “regeneración” pero no solo la ecológica sino también la social y cultural a partir del empleo de las comunidades autóctonas.
Guayaki tiene como objetivo regenerar 200.000 acres de selva y generar 1000 empleos con salarios dignos, a partir de su programa Restauracion dirigida por el Mercado.
Este es sin duda un modelo de negocios de desarrollo sostenible en el que se pueden identificar los ejes temporal (preservando los recursos para generaciones futuras a través de la regeneración) y social (incorporando a todos los actores del ecosistema impactado) y la armonía de los elementos económico social, ambiental y político, la cual que ha sido clave en el éxito de Guayaki y la ha convertido en un caso ejemplar y de estudio en ámbitos académicos.
FIN